Los vecinos de Viñagrande celebraron sus fiestas en honor a San Francisco de Paula

Cientos de personas participaron este fin de semana en los actos del patrón de la barriada, que pudo salir en procesión pese al mal tiempo

Los vecinos de Viñagrande celebraron este pasado fin de semana sus tradicionales fiestas en honor a San Francisco de Paula, patrón de la barriada. El programa, organizado por la Asociación de Vecinos de Viñagrande en colaboración con la Concejalía de Fiestas del Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre, abarcó actos de todo tipo desde la tarde del viernes hasta el domingo, aunque el momento culminante volvió a ser la procesión del santo por las calles del barrio, que pudo tener lugar pese al mal tiempo.

En concreto, las celebraciones arrancaron el viernes por la tarde con la clásica ofrenda floral a San Francisco en la ermita del Alamillo. Este mismo templo, construido a finales del siglo XIX, fue escenario el sábado de la misa en honor al patrón, venerado desde tiempos remotos como protector del campo alhaurino. Tras los actos litúrgicos se inició el desfile procesional desde la ermita, aunque el recorrido se acortó debido a la amenaza de lluvia. La Banda Municipal de Música encabezaba la comitiva, en la que también estuvo presente una representación de la corporación municipal con el alcalde, Joaquín Villanova a la cabeza. Además, acudieron representantes de las cofradías de Alhaurín de la Torre.

Cerraba el cortejo el trono con San Francisco de Paula, que fue portado como es tradicional por las mujeres de Viñagrande, muchas de ellas presas de una gran emoción. Hay que recordar que ese santo es muy venerado en nuestro pueblo desde que en el siglo XVII se establecieran los frailes mínimos en el convento cercano a Viñagrande, una costumbre que se mantiene gracias al esfuerzo de los propios vecinos de la barriada. En años anteriores se procesionaba la figura con un bacalao, a modo de ruego para pedir que lloviera en tiempos de sequía, algo que en esta ocasión no se hizo ya que incluso cayeron algunas gotas durante el desfile, lo que obligó a acelerar el encierro.

Para culminar las fiestas, el domingo se celebró una jornada de convivencia con juegos, talleres, actividades y el clásico arroz popular.

DOCUMENTACIÓN

Viñagrande siempre ha prestado gran devoción a este santo de origen italiano que vivió en el siglo XV y fue el fundador de la orden religiosa de los Mínimos, frailes modestos y austeros que tuvieron gran implantación en España de la mano de los Reyes Católicos. Según narra el investigador José Manuel de Molina, en Alhaurín de la Torre existía una ermita llamada de la Fuensanta con un manantial cercano al Arroyo del Valle con fama de aguas milagrosas incluso en tiempos musulmanes. Allí había una pequeña cueva con la imagen de una virgen que dio paso a la construcción de un convento denominado de Nuestra Señora de la Fuensanta del Valle, parte de cuyas ruinas aún se conservan. Este convento se empezó en 1592 aunque las obras no culminaron hasta el 28 de octubre de 1604.

Llegó a su máximo apogeo a mediados del siglo XVIII, con un molino, casas propias y tierras que con la crisis de la Guerra de la Independencia fue vendiendo, por lo que los últimos tres religiosos se vieron forzados a abandonar el convento con la desamortización.

Según De Molina, cerrado el convento, hoy esta imagen de San Francisco de Paula se venera en la ermita del Alamillo, oratorio público erigido en su nombre en 1875, recuerdo de la vinculación de Alhaurín de la Torre con esta orden. En 1936 la ermita fue saqueada para ser después recuperada y atendida por los dueños de la finca colindante, familia de Félix Sáez y vinculados a los Arcos Von Hartman.

En periodos de sequía, es tradición que los vecinos de Viñagrande saquen (normalmente en otoño) a San Francisco de Paula para hacerle rogativas de lluvia, con un bacalao bajo la imagen.

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